jueves, 3 de marzo de 2011

El Triatlon Uruguayo.

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Ha terminado una nueva temporada de triatlón en Uruguay.Muchos vicios y defectos de organizadores, corredores y principalmente de la UTU no lograron ocultar un hecho: el deporte de las tres disciplinas está viviendo un auge por acá. Y me detengo en una puntualización importante: no solo están apareciendo nuevas figuras que pueden llegar a tener proyección internacional, no solo vuelven viejas presencias de fenómenos de gran trayectoria en este deporte, también puede verse mucho público acercándose a ver, y verdaderas legiones de aficionados que miran con ganas de prenderse en el próximo.
Panorama deportivo
A nivel competitivo tenemos una buena tropa de primera categoría que le saca ventaja al resto, cada uno con sus debilidades y con sus fortalezas, paso a mencionarlos:
Martín Oliver: una verdadera realidad del deporte nacional, promesa internacional. Dadas sus aptitudes para la natación, el pedestrismo, su corta edad y más que nada su actitud combativa, es fácil vaticinar que si logra mantener y aumentar sus cargas de entrenamiento y su competencia de alto nivel sin ser frenado, va camino a ser el que llegue más lejos. Tiene esa expresión en el rostro de los que solo quieren ganar. Debe mejorar su nivel de ciclismo para bajarse más cómodo para correr, y en esos 10.000 finales todavía le queda mucho trabajo por delante para llegar a los tiempos que lo pongan en un top ten panamericano. En Uruguay, se va a llenar de éxitos deportivos.
Juan Lauro: un gran nadador y muy buen ciclista con transiciones muy rápidas, que debería enfocarse casi con exclusividad a mejorar sus tiempos en la carrera final. No entiendo como todavía no se ha enfocado en la media y larga distancia, donde esos escasos minutos por lo que se le escapan pocas veces las carreras locales casi no importan, frente a los posibles y probables rendimientos que pueda tener en las grandes distancias nadando y rodando. Para ser claro, si logra poner en un half cualquiera 23 min en el agua y 2 horas 15 en el ciclismo, con correr la media maratón en 1 hora 25 ya estaría haciendo podios regionales importantes. Extiendo este concepto para un full ironman. A veces es difícil dar el salto, porque implica aumentar drásticamente los volúmenes de entrenamiento, con la carga psicológica que eso produce. Como descargo, opino que esos entrenamientos son mucho menos estresantes que los de distancias olímpicas, porque buscan emparejar las horas de alto rendimiento sin centrarse en minutos o segundos.
Carlos Silva: es nuestro mejor triatleta olímpico en estos momentos, demostrado con autoridad en sus últimas actuaciones. Tiene un nivel de ciclismo que le permite regalarese par de minutos en el agua sin preocuparse, sabedor de que su persecución rodando será efectiva y breve. Cuando se baja a correr tiene un plus para mover esa inmensa carrocería, que le permite rematar con mucha potencia. Todavía no ha logrado plasmar ese nivel en la media o larga distancia, en donde le cuesta más llevar esa gran masa muscular por tanto tiempo, por lo que sufre mucho las corridas finales, poniendo tiempos que son muy bajos para sus aptitudes. Es obvio que todo lo que ha puesto para transformarse en un gran contrarrelojero de fondo no lo puso aún para ser un corredor de fondo, esto es, cientos y cientos de km mensuales, que lo afinen y le den solvencia y ritmo parejo durante horas. Tiene un potencial enorme, esperando a ser explotado adecuadamente para ganar carreras internacionales.
Guillermo Nantes: un verdadero luchador en todas las canchas, dando clases de combatividad y de estrategia en cada una de sus presentaciones. Solo basta que entrene bien durante un mes en todas las disciplinas para estar a nivel internacional en cualquier distancia de triatlón. Tal vez eso mismo es su Talón de Aquiles, no entrena nunca lo suficiente, por falta de tiempo, ganas o por el desgaste mental de tantos años que lleva siendo número 1, viendo pasar a muchos excelentes deportistas disputándole la supremacía. En cualquier momento vuelve fuerte, para ganar.
Federica Frontini y Virginia López: la primera acaba de consagrarse por segunda vez consecutiva campeona nacional, estableciendo un predominio en el pálido universo femenino, con muy pocas triatletas uruguayas en carrera. A pesar de no ser juvenil, es una deportista de alta competencia muy nueva, que aún no estabiliza sus rendimientos en ninguna disciplina. De hecho pone mejores promedios en natación y ciclismo en largas distancias que en las cortas, en donde parece costarle mucho calentar los motores. Cuando se alinean sus astros es completamente invencible a nivel nacional, con promedios de ciclismo y pedestrismo muy alejados del resto, que la ponen en el top ten de los varones, o muy cerca. Solo Virginia López la pone contra las cuerdas en las distancias short u olímpica, gracias a su muy buen nivel de natación que llevó a que le gane sus 2 últimos enfrentamientos, con el sencillo expediente de sacar la mayor ventaja posible en el agua para que Federica no logre darle caza en bici y vencerla con facilidad en la corrida final, como pasó en la temporada pasada. Un apunte interesante: los mejores promedios de ciclismo femenino en lo local, son inferiores a los que realizó Frontini en el Half Colonia con 20 retomes y 20 subidas importantes, o en el Ironman Cozumel, 180 km de ruta a puro viento cruzado. Ambas triatletas, por diferentes razones, no están prontas para el nivel internacional en distancias olímpicas, mientras Federica debe mejorar mucho más su nivel en el agua y estabilizar sus rendimientos posibles en el resto, Virginia debe mejorar mucho en ciclismo y principalmente en pedestrismo para aprovechar ese plus que le da su talento en la natación. Deberá hacerlo, con vistas a su futura participación en los Juegos Panamericanos, así como Federica, en su difícil calendario del circuito Ironman, que puede llevarla a Kona como Pro.Pero esto ocurre también con los varones. Observando los tiempos de la corrida final en el último Panamericano y Sudamericano, es fácil advertir que para estar cerca del top ten hay que bajar ampliamente los 35 minutos en esa corrida final, y si se pretende podio hay que bajar los 33, un paso de gigante para nuestros triatletas, a la espera de un guapo que se anime a buscarlo con mucho sacrificio y alta competencia. Es muy difícil lograr eso sin un régimen al menos semi profesional, que le permita al talentoso desarrollarse con 4 o 5 horas de entrenamiento diarias, en dobles o triples horarios, y viajar seguido a enfrentarse con sus mejores, para de a poco igualarlos y superarlos.
Panorama institucional
Y eso nos lleva a la otra pata de este modesto informe: la enorme y endémica deficiencia con la que el triatlón nacional trata a sus talentos. No hay un plan de desarrollo, ni intentos de acercarlo a otras experiencias deportivas muy afortunadas en cuanto a apoyo, como el futbol o el basquetbol, o alguno de turno que es promocionado zafralmente como el boxeo.
Pero ese denominador común de la aplastante mayoría de los deportes en Uruguay no debe servir de excusa, porque son patentes los errores propios que nos impiden salir de ese pozo. La Unión no representa a los triatletas uruguayos, ni se identifica claramente con los eventos del campeonato, y cuando lo hace es generando grandes dudas en cuanto al origen de las decisiones que toma, como acaba de pasar en este final de campeonato con una posible clasificación a Juegos Panamericanos. Nadie entiende por qué se defiende con tanto encono este selectivo, cuando es obvio que el único premio al que aspiran los campeones nacionales es representar al país en el exterior.
Queda la sensación de que hay intereses de personajes que son defendidos y escuchados mucho más que los de los triatletas y organizadores.Existe una federación cuya cara visible son dos personas, a pesar del voto de unos cuantos más que no son conocidos por los deportistas, ni aparecen en las carreras, ni aportan prácticamente nada. Pero votan y deciden, definiendo el presente y futuro de un deporte que a impulsos individuales de un puñadito de organizadores que se la juegan y un número creciente de deportistas empeñosos se resiste a desaparecer, a pesar de ese desgobierno.
Entonces cabe preguntarse: ¿no es hora de aprovechar este impulso y cambiar el rumbo? Ya escuché varias veces las mismas respuestas negativas: que los estatutos, el Ministerio, los clubes, las asambleas. Sinceramente cuesta creer que en pleno siglo XXI, en una era de cambios, con comunicaciones instantáneas, reformas a nivel mundial en lo económico, político y educativo, estemos atados a esos conceptos tan livianos. Si hay que cambiar los estatutos para que los deportistas federados y los organizadores tengan voz y voto, hagámoslo de una vez. Y si fracasamos tomemos un camino alternativo creando un nuevo orden que nos saque de esa apatía que genera un rechazo unánime como pocos y reacciones aisladas e inútiles como la de Carlos Silva, rebelándose a un control de rutina por considerarlo afrentoso viniendo de un Ministerio omiso en otras instancias y defendido por una federación que le dio la espalda cuando la precisó.
Fue un error, pero despertó la solidaridad de la mayoría de sus colegas, que en el silencio o en el grito se rebelan con él.Porque solo así vamos a lograr motivar a esos otros que esperan turno para crecer. Este que escribe sabe bien de los sinsabores y decepciones que la falta de apoyo provoca en un joven que se siente con condiciones para ganar pero no encuentra una estructura que lo impulse. Pero el apoyo que ahora tengo en otro deporte no me hace olvidar el que antes no tuve. ¿Qué pasaría si motivamos a viejos talentos para las largas distancias? Osorio, Pi, Camejo, Parra, esperan. O si ampliamos el espectro de posibles ganadores con otros, que también tienen talentos, hablo del juvenil Manuel Abreus, Santiago Rodríguez, Santiago Aldao, Gonzalo Puig, Mariana Bossio, Carolina Pereira, y algunos más que se la jugarían por un deporte que parece muy avaro a la hora de premiar los esfuerzos, incluso de ganadores como Renzo Westch, alejado en lo mejor de su carrera por desencuentros con la Unión.
La causa primera debe ser la protección de nuestros talentos, porque son ellos los que motivan y sirven de espejo a las legiones que vienen detrás. En ellas vienen otros talentos aún ocultos, y viene la salud y la alegría de llenar las carreras de deportistas sanos y felices.Sí, hay que cuidar a los talentos, se llamen como se llamen, son la vida misma del deporte. Es sangre de campeones la que corre por sus venas.


Fuente: Ruben Manduré en Facebook

www.triatlon.com.uy/triatlon

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